La pelota no se mancha, se ensucia
(Una breve historia… ¿ficto real? sobre fútbol y sociedad)
Año 2025. En algún lugar de un país llamado Argentilandia. Charla entre un padre y su hijo de unos 15 años mientras terminaban de comer un asado.
-Papá… ¿te puedo hacer una pregunta?
-Si hijo decime.
-¿Cómo era ir a ver un partido de fútbol en la cancha? Porque nunca me llevaste cuando se podía.
-(Pensativo) Que buena pregunta. Era algo tan lindo, los momentos previos, los bombos. Era alegría, una fiesta de cada fin de semana. Era un espectáculo increíble ver tanto colorido y tanta pasión en las tribunas y te ponía la piel de gallina cuando salían los jugadores al campo con todos esos papelitos. Que recuerdos, ¡qué lindo que era! Y además tu abuelo me llevaba desde muy chico, aún más chico que vos, íbamos tempranito nomás porque le gustaba comerse un choripán antes de entrar.
- ¿Y no tenía miedo de llevarte a vos siendo tan chico?
- No, no. Y hasta no hace mucho tiempo iban familias a ver los partidos y no era algo peligroso, te estoy hablando de comienzos de la década pasada, no hace demasiado. Hasta se jugaban partidos clásicos a la noche y con hinchas visitantes y estaban separados por un “cordón” de policías solamente.
-¿Y entonces, que pasó?
-No sé, pero después ese “cordón” pasó a ser un “pulmón” de más de diez metros porque se empezaron a insultar feo y hasta empezaban a volar cosas de un lado al otro.
- ¿Y con eso no pudieron solucionarlo?
-¡No! Después esos diez pasaron a ser veinte metros y te quitaban las radios, encendedores y algunas veces hasta los cinturones. ¡Ah! Y tampoco te dejaban entrar con banderas.
-Claro, pero si ya estaban bastantes separados ¿por qué les quitaban las cosas papá?
-Tampoco lo sé pero cada vez eran más violentos y la rivalidad se volvió sinónimo de agresividad. Los visitantes empezaron a ser menos para poder controlarlos y los ubicaban en un lugar muy chico y con rejas por todos lados.
-Bueno, entonces ¿pudieron controlar la violencia con todo eso?
- Lamentablemente poco cambió y encima además tenías que esperar 45 minutos en la tribuna después de terminado el partido hasta que los pocos visitantes se hayan ido, para no cruzártelos en la calle.
- ¿Me estás jodiendo, tanto tiempo?
- Si hijo, esto fue real y no es ningún cuento y veíamos a los jugadores salir por mangas cada vez más largas también porque hasta si perdían estaba todo mal con sus propios hinchas y muchos partidos llamados clásicos se tenían que jugar al mediodía y no podían coincidir en horarios con otros a no menos de 50 km.
- Bueno, ahora sí. Decime que solucionaron algo.
-No y no te rías. Tampoco pudieron así que prohibieron la entrada a las hinchadas visitantes en todos los partidos pero ya era tarde porque la manzana se estaba pudriendo.
- ¿Y el color y todo eso que me decías cuando ibas con el abuelo? Y entonces con eso seguro que dejaron de poner tantos policías y me imagino que hubo menos violencia ¿No?
-Ja ja, no hijo, cada vez hubo más policías aunque no lo creas, aún sin haber visitantes y tenías que pasar dos y hasta tres cacheos previos para entrar a los estadios.
- Uh ¿En serio? ¿Tan bravo era o me estas exagerando? ¿Pero al menos después era más fácil ir a la cancha?
- Tampoco tanto. Para sacar una entrada tenías que presentar un certificado de antecedentes policiales, te filmaban y hasta te tomaban las huellas dactilares al entrar. Y además como era tan costoso mantener tanto operativo, subieron los precios de las cuotas y las entradas así que la gente con el tiempo empezó a ir menos también.
- (Riéndose) ¿Y los que gobernaban no hacían nada?
-Si hijo, el Estado estaba al tanto de todo y como quería que estén todos unidos y organizados, una vez juntó a los barras más destacados y con prontuarios más frondosos de todos los clubes en algo que se llamaba “hinchadas unidas” y los mandó a los Mundiales de Sudáfrica y Brasil para que estén más tranquilos y puedan dialogar entre ellos. Además se les pagaba para que estén en actos y era algo que estaba a la vista de todos también.
- ¿Me estás jodiendo?
-No no, créeme, esto fue real. El gusano que empezó a comer la manzana que te dije recién, se hizo imparable cuando la política se metió de lleno en el fútbol con la ambición de manejar algo que movía multitudes.
- ¿Y a los clubes entonces, seguro que los multaban o algo cuando hacían quilombos o les quitaban puntos no?
-(Risas) Tampoco, hasta una vez tiraron a uno por la tribuna y no cambió nada la cosa, después de eso siguieron habiendo líos. También en una época se le pagaba fortunas a la AFA por la televisación y a pesar de eso los clubes en su mayoría estaban al borde de la quiebra, con estadios que se caían a pedazos, con baños inundados, simplemente pintados sobre lo oxidado porque se robaban toda la plata.
- Pero papá ¿Porqué nadie hacía nada? ¿Era muy difícil atrapar a esa gente violenta?
-Para nada, no era tan difícil, todos sabían quiénes eran, pero nadie quería hacer nada porque esa misma gente estaba prendida con algunos dirigentes, entonces no los podían tocar, además como era todo tan corrupto en el país, entraban y salían como si nada de las cárceles cuando agarraban a alguno. A veces te daba impotencia ver eso hijo. Y si no te robaban los que cuidaban los autos te robaban en las tribunas algunas veces. Obvio que también había muchos partidos buenos y en paz, la mayoría quizá, pero uno sólo con violencia bastaba para empañarlo todo.
- ¿Y entonces cómo siguió para llegar a lo que es ahora?
- Después los jugadores tuvieron que ir al estadio en camiones blindados, de esos como los que llevan caudales y salían al campo con buzos anti flama, cascos y antiparras especiales por si les tiraban algo que los pudiera quemar.
- Ah, ¡ya sé! ¿Por culpa del loquito ese que tiró gas pimienta una vez?
- ¡No! Esa vez no pasó tampoco nada y el futbol siguió como siempre, además el loquito ese, como vos decís, meses más tarde ganó un Bailando. Un tiempo después a otro jugador le partieron la cabeza con un cascote. Entonces ahí dijeron que los partidos se tenían que jugar sin público y dentro de un cubo de cristal de un metro de espesor.
Así mataron la pasión hijo, apagaron los colores, callaron los bombos y alejaron a las familias y a los verdaderos hinchas en tan poco tiempo.
- Que triste papá, yo te preguntaba porque justo ayer un profe nos contó que hace un tiempo, en Inglaterra habían barrabravas peores que los de acá y les decían Hooligans y hoy no hay ni alambrados allá y hasta toman cerveza dentro de los estadios. ¿Cómo hicieron?
-(Suspirando y tras un breve silencio) Tal vez Invirtieron en educación hijo, o fueron más estrictos, no sé. ¿Vos que hubieras hecho?
- No sé tampoco, pero en el colegio te amonestan, te sancionan y hasta te pueden expulsar cuando te peleas con alguien, no es tan difícil ¿No? Y de ahí vas aprendiendo a comportarte me parece.
- ¡Exacto! Y así es como deberían haber actuado en aquel entonces, pero se ve que vos con tan sólo quince años sos más inteligente y tenés más sentido común que aquellos dirigentes y políticos.
- Ahora entiendo todo papá. Ahora entiendo porque nunca me llevaste…
Nacho Chesa